domingo, 17 de julio de 2022

Homenaje a la mujer trujillana, reinvención de Cosmos, la revista del Ateneo de Valera Por:Libertad León González


lenlibertad30@gmail.com

 

Hoy es un día memorable para la ciudad, para los defensores de su cultura, para los ateneístas; renace la revista Cosmos, una edición que estuvo lista para su difusión hace, justamente, un año. Hoy rendimos homenaje a todos los hombres y mujeres que han formado parte de su nacimiento, de su crecimiento, de su permanencia en el hacer cultural de la ciudad de las siete colinas.

Previo a los días celebratorios del Santo Patrono de nuestra urbe, San Juan Bautista, damos la bienvenida a esta edición número 4 de Cosmos, con todo el ímpetu y el compromiso al trabajo cultural, adecuado a las exigencias comunicacionales de este tiempo de la era digital.

Esta edición de Cosmos, como logro importante dentro de la actividad cultural promovida por la junta directiva del Ateneo de Valera, dedicada, en esta ocasión, a la mujer trujillana, resulta muy significativa para mí porque marca el inicio de lo que nos proponemos sea otro aporte relevante al trabajo de todo este equipo. Debo agradecer, a cada uno de los integrantes de esta directiva, su voto de confianza.

No puedo menos que exaltar la labor formidable, invulnerable y acometedora de todos y cada uno, ante las adversidades, a través del siguiente epígrafe del Profesor Alí Medina Machado.

Las instituciones bien dirigidas llegan a ser instrumentos de vida,

desde la redención hasta la existencia en progresión.

Llegan a ser instrumentos vivos de trabajo para una práctica transformadora;

camino y luz que ayuda a construir una realidad y avizorar un porvenir.

 

Ustedes, son ejemplo de institución y, en especial muy a propósito de las mujeres trujillanas, de esta edición, resalto la labor de esa mujer valerana, llamada por el escritor, Elvins González, “zurcidora de sueños”, la licenciada Marlene Briceño.

Recapitulemos acerca de los orígenes de la revista del Ateneo de Valera. Nos cuenta el Dr. Raúl Díaz Castañeda en su libro, Valera dos siglos (2020), sobre el llamado ‘Otro Ateneo de Valera’, fundado en el año 1905, en la sede del Club de Comercio, el mismo que en los años 60’ se transforma en el Country Club de Valera. Allí nace la revista Cosmos, se edita en el Centro Industrial, la famosa imprenta de don Pompeyo Oliva. ¿Quiénes fueron las personalidades que dieron inicio a este organismo cultural de la ciudad? Volvemos a las referencias del Dr. Díaz Castañeda para recordar sus nombres, todos, figuras de altísimo valor histórico para nuestra urbe. Fueron ellos:

Monseñor Miguel Antonio Mejía, guía espiritual y educador; el médico y emprendedor de obras públicas José Antonio Tagliaferro; el geógrafo e historiador Américo Briceño Valer;, el empresario don Juan Haack y Juan Ignacio Montilla, Pompeyo Oliva y Ernesto Spinetti, orientadores en lo social y lo político.[1]

 

Para septiembre de 1949 un nuevo grupo promueve lo que será el Ateneo de Valera. Son ellos: Héctor Guillermo Villalobos. Mario Valecillo Añez, Jacob Senior, Alberto La Riva Vale, Ignacio Burk, Manuel Isidro Molina, entre otros. Luego, en octubre de 1958, al asumir Aura Salas Pisani la Secretaría General del nuevo Ateneo se edita el segundo número de esta revista. Para 1975, al celebrarse los 25 años del Ateneo de Valera, el Dr. Raúl Díaz Castañeda, quien para ese entonces lo dirigía, publica el número 3 de la Revista Cosmos, la portada estaría a cargo del arquitecto y pintor, Marcos Miliani.

Décadas después, la revista renace, luego de un largo período de 20 años contra la institución ateneísta. Este momento tan añorado, finalmente, se consolida la cuarta edición de la revista. ¿Quiénes estuvieron a cargo de tan importante regreso? Indiscutiblemente, otras personalidades de aquilatada valía conformaron, desde el año pasado, el Consejo Editorial: Raúl Díaz Castañeda, Pedro Bracamonte Osuna, Eladio Muchacho Unda, Francisco González Cruz y Marlene Briceño. En este sentido, me permito resaltar a Pedro Bracamonte Osuna, al acompañar al Dr. Díaz Castañeda en el Comité de Redacción de este número.

El artículo “Pedro Bracamonte Osuna, un soñador insomne” del Dr. Raúl Díaz Castañeda, publicado el pasado 12 de diciembre de 2021, sirve de rememoración a las muchas e indiscutibles cualidades de Pedro, quien desde niño hereda de su padre la pasión por la imprenta, oficio de tradición familiar e inspiración de lo que en un futuro será como luchador cultural, locutor, escritor y cronista de su ciudad natal.

Cosmos, plataforma cultural imprescindible del Ateneo de Valera, renace, gracias a la colaboración de insignes escritores regionales y a la mirada cuidadosa de un Consejo Editorial, antes mencionado; miradas que, sobre este órgano de difusión cultural y reflexiva, destacan un trabajo acucioso, de una calidad editorial indiscutible.

Permitirnos revisar, esta mañana, las páginas de esta pieza cultural de la ciudad, es motivo de honra a la memoria de Pedro Bracamonte Osuna, servidor incansable de su ciudad. Ejemplo para las nuevas generaciones de valeranos que quieren apostar por su terruño. No en vano las palabras con que finaliza su artículo el Dr. Díaz Castañeda: “Pedro Bracamonte Osuna cumplió con su ciudad, la Valera que para ser soñada por él no lo dejaba dormir; soñador insomne. Pasará a la historia de ella como hijo de mérito. Deja obra elevada y perdurable.”[2]

De inmediato, tenemos a bien mostrarles el producto de la cuarta edición de tan importante órgano de divulgación cultural como parte del legado del trabajo en equipo en el que se contó con este valerano y ateneísta ejemplar, Pedro Bracamonte Osuna.

La secciones por orden de aparición son: Presentación, Editorial, Crónicas, Literatura, Actividad cultural y Variedades.

Presentación: A cargo del Dr. Raúl Díaz Castañeda, semblanza histórica sobre los orígenes de la revista. – De esta Presentación hemos tomado parte de los comentarios anteriormente señalados-

Editorial. A cargo del Historiador, Alexis Berrios, emotiva salutación al esfuerzo consolidado de una gestión pasada y por venir, en manos de la nueva junta directiva del Ateneo, electa el año pasado. Presidida por la Licenciada Marlene Briceño quien además está acompañada de un meritorio equipo.

Crónicas: Cada crónica es una conmovedora semblanza de cada una de las mujeres trujillanas evocadas, como símbolos y legado de un pasado en la que sus acciones las hicieron excepcionales en propósitos y logros consolidados.

1)      Elvins Humberto González. “Aura Salas Pisani, transformó sueños en realidades”. (Motatán, 14/10/1925 - Caracas, 12/02/2002). Reconocimiento a una mujer que entregó con incansable arrojo su amor por la ciudad, su pasión imperecedera. Maestra de maestras en su amor a la enseñanza de generaciones, agradecidas por su presencia invaluable. (Ver p.6 Entre las instituciones…).

2)      Raúl Díaz Castañeda. “La Ana Enriqueta Terán que conocí”. (Hacienda Santa Elena, Valera, 04/05/1918-18/12/2017) Mirada retrospectiva sobre los agigantados pasos en la vida de una mujer inigualable en su condición de poetisa, admirada por todos y con quien pudo el autor, cultivar una sólida amistad. (Ver p. 9 Sus entretelas… ). Revisemos el relato y los versos que exaltan el encuentro místico de la poetisa, inspirada en el lago glaciar de Bariloche en la Patagonia argentina… (Ver p.14 y 15).

3)      Elvins Humberto González. “Lourdes Dubuc de Isea, valiente, heróica y cultura íntegra”. (Valera, 05/05/1928). Quien describe a esta grandiosa mujer como una leyenda viva, imagen de la trujillanidad y en particular, de los frutos obsequiados a su labor cultural en la fértil retribución de la población de Boconó.(Ver p. 19 y 20)

4)      Lenín Pérez Rangel. “La mujer trujillana en la escritura de Antonio Pérez Carmona”. Introducción a enaltecer la continua labor creadora de Antonio Pérez Carmona, quien en su obra narrativa y ensayística siempre enalteció a la mujer trujillana.

5)      Antonio Pérez Carmona. “La gran ceramista, Eloisa Torres”. Extraído de su libro, Los cuicas y sus herederos poéticos (1978). En este trabajo se expresa la admiración hacia esta artista escuqueña, descubierta y promovida por el gran poeta, Ramón Palomares. (Ver p. 23 “Desde niña me iba al río…).

6)      Alí Medina Machado. “Cultura y trascendencia de Mireya Mendoza”. (Trujillo, 18/11/1931-Trujillo, 30/03/2002). Toda una escritura absolutamente evocadora de los dones que puede tener una mujer amante de la cultura, promotora en la creación del Núcleo Universitario Rafael Rangel, del Museo Salvador Valero, de la Biblioteca pública Mario Briceño Iragorry. Veamos las palabras de Alí Medina Machado en el siguiente fragmento, verdadero homenaje a la mujer trujillana. (“El tiempo premia la acción… Ver p.28).

7)      Jesús Barreto Leal. “Mujer, ciudadanía y gerencia cultural en el ámbito trujillano. Aproximación a una semblanza de Myriam Sambrano Urdaneta”. (Boconó, 14/09/1930-Maracaibo, 17/02/1998). Crónica que muestra la trayectoria de una dama boconesa como presidenta del Ateneo durante casi 40 años. Creadora de la empresa cultural “Tiempo y Letra”, en 1958, junto a su inseparable amiga, Lourdes Dubuc de Isea. Así como la Colección editorial del Ateneo. (Ver p. 37…Esta titánica…).

8)      Pedro Bracamonte Osuna. “Las mudanzas de Rafaela”. (Trujillo, 01/11/1935-Betijoque, 08/03/2021). Toda una apología a la vida de una artista multifacética, en la que vida y obra se fusionan como expresiones inseparables de una misma invención artificiosa. (Ver p. 42… Ella era una extraña combinación…) (Ver p.44 Bajo la sombra).

9)      Alí Medina Machado. “Dora Maldonado, una mujer ante el tiempo. La importancia de dar a Trujillo una obra de envergadura como el monumento a la Paz, es el ícono más emblemático de una mujer que pudo inmortalizarse con su obra. (Ver p. 47…La acción gubernamental…).

Literatura. Mariana Montilla. “Un sábado en la mañana”. Ejercicio narrativo ilustrado que invita al encuentro de personalidades emblemáticas del pasado a las nuevas generaciones. Verbigracia, en este caso, Aura Salas Pisani y la creadora de esta historia, la niña Mariana Valentina Montilla Nava, de 13 años.

Actividad cultural. Pedro Frailán. “Bautizo del libro de Elvins González”. La importancia de un libro que deja plasmada la Valera vivida por uno de sus coterráneos, cultivador de historias y palabras.

Variedades. Claudio Vergara. “De Chile a Valera”. Relato de recuerdos gratos y nostalgia de un emigrante chileno que recibió el cobijo de nuestra ciudad.

Finalizo, esta celebración para invitarlos a formar parte como articulistas en los próximos números de Cosmos, para los cuáles se han establecido los siguientes comités de redacción y las siguientes temáticas:

Comité de redacción de la revista número 5: Pedro Frailán y Alexis Berríos. Tema central: La identidad valerana:

Comité de redacción de la revista número 6: Francisco González Cruz. Tema central: Los desafíos de la ciudad de Valera. 

Recordemos a Octavio Paz:

¿quién canta en las orillas del papel?
inclinado, de pechos sobre el río
de imágenes, me veo, lento y solo,
de mí mismo alejarme: letras puras,
constelación de signos, incisiones
en la carne del tiempo, ¡oh escritura, raya en el agua!

 

Muchas gracias!

 

 



[1] Raul Díaz Castañeda (2021). Cosmos, p.2.

[2] Raúl Díaz Castañeda (2021). “Pedro Bracamonte Osuna, un soñador insomne”, En: Diario de Los Andes,12 de diciembre de 2021.

Exclusivamente Valera de Benigno Contreras, crónica e invitación al diálogo Por: Libertad León González

 

 

La historia debe escribirse de nuevo desde cada presente

 

Hans-Georg Gadamer

 

 

     Quien labra, desde la escritura, el pasado de una ciudad; en este caso, de nuestro terruño, Valera, puede quizás percibirla y reconocerla semejante a los diversos discursos, expresados por sus grandes escritores como moradores cercanos o lejanos. Quizás, se distingue majestuosa y solemne como la poesía de Ana Enriqueta Terán; aguerrida y carnal como la poesía del ‘Chino’ Valera Mora; o, definitivamente, minuciosa, desbordante y arraigada a la memoria histórica como la escritura de Adriano González León. Así, la Valera que percibimos en la crónica de Benigno Contreras, Exclusivamente Valera (2021), luce entrañable, entre memoria, investigación acuciosa y arraigo por este terruño.

     Celebrar los 202 años de Valera, entre otras actividades, con el bautizo del libro del historiador y profesor ulandino, constituye un acontecimiento de significativa importancia, producto de una larga y continua investigación. En principio, el diario El Tiempo servirá de portavoz de su columna, Historia trujillana en la que durante varios años mostró la necesidad de contar importantes historias y anécdotas de sucesos y personajes de nuestra urbe. Luego, tal y como el mismo autor lo expresa, también a través de Radio Tiempo, 91.5 FM, se abrió un espacio de crónicas contadas, por el propio autor, sobre la urbe de la “catedral” gótica. Mención aparte ha de tener su vocación de escritor de varios libros publicados sobre la historia trujillana.

     Exclusivamente Valera es una obra que propicia al diálogo. Vislumbra en el lector acontecimientos distintivos de su historia local. Fundamentales episodios que han de despertar en nuestros niños y jóvenes el sentido de pertenencia que aún está a la espera en los intereses de muchos de sus moradores; quizás, porque en nuestras instituciones escolares no exista una cátedra de historia local que exija ir más allá de la conmemoración del día de Valera; quizás, porque la inmediatez del uso de las nuevas tecnologías arrebata el tiempo que pudiera dedicarse a tertulias familiares en las que se pueda transmitir, a nuestros muchachos, aspectos importantes de la historia y tradiciones de nuestra urbe.

     Gadamer puso en boga para la hermenéutica contemporánea la célebre frase: “El diálogo que somos”. ¿Por qué no propiciar el diálogo preguntándonos por el mundo que habitamos, el mundo y los otros que formaron y/o forman parte del pasado y del presente? En principio, el más inmediato mundo es nuestra ciudad y los seres que la han configurado como espacio geográfico, como universo inmediato de sus vidas. Preguntas y respuestas entre amigos, en foros, conversatorios, programas de radio y televisión y, muy importante, en la escuela, en la familia. Para crear una fortaleza interior de querencia por la ciudad que nos concierne, la ciudad que habitamos y nos pertenece. El libro de Benigno Contreras es un sustancioso motivo para propiciar el diálogo sobre la ciudad que heredamos y merecemos.

     La diversidad temática del libro, Exclusivamente Valera, sobre acontecimientos, personalidades y anécdotas, propias del pasado de nuestra ciudad, invitan al lector, sea ama de casa, padres, educadores, estudiantes, artistas, profesionales, comunicadores, emprendedores, pequeños, medianos y grandes empresarios, trabajadores formales e informales, a reconocer la vigencia de un pasado que nos pertenece y nos hace falta conocer, apropiárnoslo, para vivir en consonancia con las exigencias del presente.

     Hacer de Valera una ciudad que siga creciendo bajo los términos de la valoración de su historia, su tradición y convertirla en una ciudad sustentable es tarea de todos. Exige, en primer término, reconocer la ciudad como parte importante de nuestra esencia y nuestro hacer cotidiano. Revisemos, entonces, nuestros orígenes, nuestra evolución, nuestras posibilidades de aportar, de sumar, reconociéndonos en su pasado, en su presente, en sus aciertos y desaciertos.  

     Seleccionamos algunos de esos momentos importantes que nos conectan al pasado de nuestra ciudad, relatados por el historiador, Benigno Contreras.

     En el capítulo El centenario de Valera no solo se nos devela ese importante episodio en el que se establece como fecha de su fundación el 15 de febrero de 1820, después de haber sido deliberado este asunto a petición del presidente de la municipalidad, el Dr. Domingo Tejera, en el año 1918, por la comisión conformada por el Pbro. Miguel Antonio Mejía, el bachiller Jesús Briceño Casas y el geógrafo Américo Briceño Valero, quien finalmente no firma el veredicto. Toda una polémica que queda para la historia. Interesante, además, resulta destacar que por una epidemia de viruela no se pudo celebrar el centenario de Valera en el año de 1920. Curiosa coincidencia con la tímida celebración del bicentenario de nuestra ciudad en el año 2020, en tiempos de pandemia.

     El capítulo Conticinio, natural de Valera nos habla de ese grato acontecimiento sobre la inmortal pieza musical Conticinio de Laudelino Mejías escrita por el gran músico y compositor, precisamente, en Valera en el año 1922.

    En los cuatro capítulos que conforman el libro del profesor Benigno Contreras, reconocemos muchos de los acontecimientos y personalidades que le permiten consolidarse como ciudad. Valera crece desde el ímpetu de su gente, como ciudad pujante del estado Trujillo, en todos los ámbitos de su existencia.

     En la primera parte del libro denominado Semblanzas reconocemos relatos históricos que abarcan temas desde lo fundacional, político, religioso, educativo, musical, periodístico, deportivo y urbanístico. Valera, la urbe de Mercedes Díaz, la de las siete colinas, luce inquieta por crecer y se consolida como ciudad.

     La segunda parte del libro llamada Personajes se detiene en destacar la labor de un nutrido grupo de personalidades que marcaron la pauta del crecimiento de la ciudad que entra a la modernidad. Valera crece de la mano de líderes que labran en ella y para ella un mejor destino. De igual forma, en la tercera parte del libro, llamada Hechos y anécdotas que dejaron huella, el autor hace mención particular de momentos que marcaron un antes y un después en la memoria de la ciudad, gracias a quienes siguen labrando su futuro.

     Mención particular tiene la cuarta y última parte del libro denominada, Otras voces de Valera. Hay un sentido particularmente emotivo y al mismo tiempo lírico, cuando el autor ofrece fragmentos escogidos de algunos autores, selección de textos que muestran un lenguaje que a todos nos ha de encantar. Tal es el caso, por ejemplo, del relato denominado José Domingo Tejera y Dorococoe. Se cuenta la leyenda de la princesa Cuica Dorococoe. Texto pletórico de simbología ancestral, dedicado a enaltecer el centenario de Valera, de la grácil figura legendaria de la diosa “a quien la luna serviría de espejo” ([1]) A través de esta mágica historia de la diosa raptada y luego, arrastrada por las aguas del río, se mitifica el origen de nuestra urbe. Así el texto dice: “Y áticas abejas llovieron sobre las carnes de arcilla como sobre un panel de Himeto y, en el rubio colmenar, se formó la cera parda con que después plasmaron el alma de Valera las manos preclaras de Lasso de la Vega.”([2])

     Valera también arraigada a los sueños y evasiones que propicia el mito. La historia de la ciudad desdoblada a la imaginación poética que el mito profesa. La magia de la creación de una supuesta ‘realidad’ en consonancia con la creación simbólica del lenguaje. El relato mítico creado para justificar una razón primigenia, un sentimiento, sobre la ciudad.

      Este particular gesto por parte del historiador, Benigno Contreras, en demostrar con palabras o testimonios de escritores como José Domingo Tejera sobre la leyenda de la diosa cuica; o también, el cronista de la época Alberto Larriva Vale, para referir la implacable invasión de la langosta en 1910; o la buena pluma de Ana Hernández Bello de Tejera para contar leyendas valeranas sobre tres mujeres que habitaron entre el siglo XIX e inicios del XX. Todos estos escritos que quedaron en los periódicos de la época como El Espectador y El Anunciador, solo pueden interpretarse como demostración de un vital interés del autor del libro, Exclusivamente Valera, por divulgar los aportes significativos de quiénes asumieron a Valera como ciudad de sus evocaciones.

        Razón tuvo Oswaldo Trejo cuando denominó su pequeña novela autobiográfica, También los hombres son ciudades (1962). En este relato el narrador muestra, entre otros aspectos, la importancia de la ciudad que se adhiere al hombre, poblamos el espacio citadino y viceversa, la ciudad también nos habita. Siempre habrá una ciudad que se fija a nuestra vida, a nuestros recuerdos, como esencia y sustancia de nuestra infancia, de nuestras experiencias, de nuestras querencias. Tal y como ha ocurrido con el historiador, Benigno Contreras

     Volver sobre el pasado de la ciudad es volver sobre su tradición. Como diría Mario Briceño Iragorry: “En el hontanar del tiempo están los símbolos que dan mayor realce a nuestra vida de comunidad.” ([3]) Razón suficiente ha tenido, de igual forma, Benigno Contreras al denominar su libro, Exclusivamente Valera (2021), para recrearnos con minucioso interés en el pasado de nuestra ciudad y mostrar en un sentido kantiano el valor moral en sí mismo, es decir, el valor moral de la buena voluntad, en su vínculo vital con la ciudad de Mercedes Díaz.



[1] Contreras, Benigno. Exclusivamente Valera (2021), p.193.

[2] Óp. Cit., p.194.

[3] Briceño Iragorry. Discursos académicos y tribuna patria (1983), p.213.