jueves, 17 de octubre de 2013

Cuento breve: La ciudad de la furia

Ayer regresé de 'la ciudad de la furia', me apropio del nombre que Cerati le dió a Buenos Aires. Pude suponer cualquier hecho inevitable.
Ayer atravesé el gran puente, oxidado por el tiempo. Tuve que aguardar muchas horas para salir de la ciudad a la que le sirve de antesala. La majestuosidad que esta estructura metálica posee se debe en gran parte al lago azul-verdusco que está debajo de su plataforma. La desidia del hombre les ha regalado a ambos cierta opacidad.  
Cada cierto tiempo visito esa ciudad donde encuentro escenas de cielo y de infierno. Suelo retener alguna muy grata cuando emprendo el regreso mientras la abandono y coloco como banda sonora en mi pensamiento la canción emblemática del gran músico.