sábado, 7 de junio de 2014

Mi primer paseo en bicicleta


Futfutfut! ...sonaba el viento con la velocidad de la bicicleta en las calles de aquella populosa vecindad de la Valera de los años sesenta.

Bella Vista es el nombre de la urbanización de casas muy bien hechas, donde me crié. Allí crecí y viví más de veinte años. En sus calles, en forma de semicírculo, corrí bajo la lluvia, alguna que otra tarde, después de salir de la capilla de La Chinita dónde recibía mis clases de catecismo. También en esas calles disfruté muchas navidades con el resto de la muchachada bellavistera, mientras nos deslizábamos en patines de cuatro ruedas. Las niñas hacíamos la figura del tren, apropiada para no correr peligro comparado con el que hacían los varones. Allí estaban Jesús, Livio, mi hermano Fernando y "Lolo" como buenos patinadores, admirados por todas las niñas, cuando hacían gala del dominio sobre las ruedas de aquellos infalibles Unión 5.
No todo era juego en Bella Vista. Cuando venían los exámenes finales en los liceos había que estudiar bastante. Por eso los postes nos servían de lámparas para hacer grupos de estudio y practicar las matemáticas o cualquier otra materia a la que había que ponerle mucho entusiasmo para salir bien. En muchas ocasiones, cuando se trataba de materias teóricas, lo hacíamos a solas, sin la algarabía de los demás. El poste entonces parecía que nos vigilaba al mismo tiempo que podía hacer eco de nuestros soliloquios.
Todos teníamos una buena familia y cuando digo buena es porque los mayores tesoros que guardaban cada una eran esos muchachos que fueron creciendo hasta que salieron a otras ciudades a estudiar en las universidades, porque Trujillo no contaba con muchas carreras en el núcleo de la ULA en sus inicios, cuando funcionaba en la antigua sede del colegio de monjas de Santa Ana.

Ahora recuerdo uno de los momentos más felices de mi infancia en Bella Vista, fue el día en que di mi primer paseo en bicicleta. No era mía, tampoco la de algún amigo que me la hubiese prestado. Además, debo decir, que nunca llegué a manejar bicis. Eso carecía de importancia para mi que era una niña de ocho años. Cuando mi hermano Fernando cumplió los doce le regalaron una hermosa bicicleta de color vino tinto. Y fue él  quien se ofreció gustoso a darme un paseo en su bicicleta. Por supuesto que fue alrededor de las dos calles emblemáticas de Bella Vista, "la vuelta grande" y "la vuelta pequeña", así habíamos bautizado la avenida circunvalación y la calle tercera de mi Bella Vista querida.
Recuerdo las mejores imágenes de ese momento, ver desde mi asiento, el cuerpo ágil, la destreza ante el manubrio de mi hermano mayor que se balanceaba, de uno a otro pedal, para tomar impulso en las subidas y el sonido del viento que friccionaba en mis oídos y que aun escucho como un aleteo de grandes dimensiones...futfufutfut. Y desde esa vez no se me olvida.

3 comentarios:

  1. Alfredo León expresó : "Hola, Liber.
    Te recuerdo que Fernando no era solamente un buen corredor de bicicletas sino uno de los muchachos más veloces corriendo. Sus zancadas eran de guepardo (no exagero). Los Jimenez, los Pineda, los Ramirez, los Usecha, los Volcanes, los Valero, los Araujo, los Urbina, los Marcano, los Fossi y nosotros, los León, eramos parte de ese conglomerado bellavistero que le daban valor a la amistad y por supuesto a la vecindad. Era común compartir un dulce de lechosa con el vecino o ayudar a realizar una tarea escolar a uno de los panas e incluso organizarnos para ir al cine de las 9 de la noche. Destaco aquellos fiestas de la Chinita que se realizaban a fin de año. Amistad, alegria, gaitas, amores de adolescentes... la máxima felicidad. Son tiempos de los que guardo gratos recuerdos. Gracias Liber por tan lindo relato.

    Tu hermano Alfredo (desde Maturin, 11de agosto de 2014)."

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  2. Y nosotros, del otro lado del risco... veíamos tan lejos a los bellavisteros. Un afluente del Motatán, ya serpenteando encementado, evitó el contacto con la muchachada de La Maribel. Quizás el CVN, produjo algunos encuentros obligados por la escolaridad deportiva... Que culpa tengo yo del retraso circunstancial del viaducto! Al momento de su culminación, ya esos dos territorios estaban marcados por sus respectivos clanes!

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  3. Resulta muy grato poder propiciar el diálogo desde otras miradas tan cercanas a esos pasos que dimos en nuestras épocas de muchachos. Gracias, Luis Carlos.

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